LOS CH’UTILLOS ERAN
JINETES O JÓVENES DE AMBOS SEXOS QUE SE TRASLADABAN A CABALLO A LA LOCALIDAD DE
LA PUERTA, VISTIENDO TRAJES DE COLOR O CON SUS GALAS DOMINGUERAS Y UNA
GUIRNALDA EN EL SOMBRERO.
Los
años 70 de siglo XX
Como
no recordar la década de 70 del siglo XX, cuando el 24 de agosto de cada año una
multitud se concentraba desde muy temprano en la zona de San Benito,
exactamente en el segundo arco de Cobija ubicada en la Calle Dolores (hoy Mejillones
y Cuzco), con el fin de alquilar caballos o mulas para trasladarse a la localidad
de La Puerta a 10 km. de nuestra ciudad.
El día de la festividad, llegaban del sur del departamento, campesinos trayendo caballos o mulas (de 3 a 5 animales) a objeto de alquilar a los ch’utillos por todo el día a un precio moderando.
Pues,
nada menos el protagonistas principal de la festividad del 24 de agosto en
honor a San Bartolomé, era el Ch’utillo,
quien viajaba con sus galas domingueras y una guirnalda en el sombrero, para
que luego de escuchar misa hayan copas de licor y hasta una comilona, a partir
de media tarde retornar posteriormente a la ciudad en veloz carrera, hasta la
casa del preste y dar rienda suelta a la alegría.
Generalmente
el pasante o preste que tenía a su cargo la celebración de la fiesta (que eran
varios en diferentes zonas de la ciudad: San Benito, San Roque y San Juan),
“rodeaba” a un amigo o familiar para que sea un “ch’utillo”.
Las
personas de todas las clases sociales, se dirigían a La Puerta para observar a
los “chu’tillos, jinetes ataviados con ropas nativas, que montaban a caballos o
mulos enjaezados para luego de saludar al Santo Patrono San Bartolomé, retornar a la ciudad, como si fuesen
centauros. También se permitían que bailen grupos especiales o fraternidades,
como diabladas, kullaguadas, morenadas, etc., que organizaba el pasante o
preste.
Preste,
era el nombre con el que se denominaba a la persona o pareja de matrimonio que
realizaba todos los gastos en la fiesta, en la que estaba a cargo de los gastos
de bebida, música, fraternidad y comida. Era singular la forma en que los
ahorros de todo un año o de varios años se los gastaba en dos o tres días de
fiesta, la fiesta también tenía ese componente de reciprocidad por el que la
persona bailaba en la fraternidad o era un ch’utillo a cambio de los favores de
San Bartolomé.
La
festividad como expresión cultural andina tenía presencia en la localidad de la
Puerta, como también en las zonas o barrios de la ciudad de Potosí, cada vez
con más fuerza se fue apropiando de los espacios públicos o calles.
Pasantes
1979 Corporación Regional de Desarrollo y el Instituto
Boliviano de Turismo
1980 Corporación Regional de Desarrollo y el Instituto
Boliviano de Turismo (Director Regional, Manuel Aramayo)
1981 Corporación Regional de Desarrollo (Dr.
Dhery Prieto Melgarejo) el Instituto Boliviano de Turismo
1982 Ministerio de Asuntos Campesinos y
Agrapecuarios (Jefe Distrital del MACA, Armando Sánchez
1983 Club de Leones (Dr. Jaime Poveda Noya y
Eliodoro Tapia)
Ch’utillo,
Majtillo Tapukillo
No
sólo es el Chutillo, sino también majtillo y tapukillo. Prácticamente, tres
días comprende la festividad de San Bartolomé.
El primer día estaba dedicado al “ch’utillo”, al participante activo montado a caballo y con vestimenta nativa, era el principal protagonista de la fiesta el mismo día de la festividad.
El
palabra Ch’utillo, también tenía un significado de burla, hay que ch’utillarse,
decía el común de la gente, por decir hay que burlarnos. El concepto de Ch’utillo
infiere jugar con otros, como por ejemplo: Uno dice a otro “te busca” y
responde, “quién”, el primero grita por
respuesta ¡El ch’utillo!
El
segundo día, es la fiesta del “majtillo” y en quechua el vocablo significa
joven, jovenzuelo o adolescente.
Se
festejaba en las casas del pasante. En esta oportunidad se efectúa el “thipacu”
que consiste en prender en el pecho de los pasantes billetes de corte mayor.
Por
último, el tercer día de la fiesta está dedicado al “tapukillo”, el preguntón o
curioso. En quechua se dice “ancha tapukillo canqui” o sea “muy pregunto eres…”
¿Tradición,
costumbre o fe?
En
Bolivia, cada capital de departamento posee una festividad regional que alcanza
resonancia nacional y los ejemplos más más notorios son las celebraciones de la
Virgen del Socavón en Oruro, la fiesta del Gran Poder en La Paz, la Virgen de
Chaguaya en Tarija, la Virgen de Guadalupe en Sucre, la Virgen de Cotoca en
Santa Cruz, la Virgen de Irkupiña en Cochabamba y así sucesivamente cada
distrito, ofrece al país y a los visitantes algo típico y genuinamente nativo.
En
Potosí no faltaba más, la festividad de San Bartolomé tenía un carácter rural y
local. Sus protagonistas eran campesinos que llegaban cada 24 de agosto, a la
localidad de La Puerta donde se instalaban en los alrededores con comidas y
bebidas, bailando y cantando, ofrendando a San Bartolomé. Además de los
campesinos, la fiesta aglutinaba a fieles de otras clases y grupos sociales;
muchos de ellos eran artesanos, comerciantes, transportistas, amas de casa,
etc.
En
1977, existían voces de reclamos (a través de la prensa escrita ) para que se
asuma con mayor fe y tradición esta festividad: “El Día de los Ch’utillos y la
falta de iniciativas en turismo” se hacía alusión a la falta de una Unidad o
Dirección de Turismo en las instituciones públicas. Se miraba con pesimismo y
hasta con negligencia la necesidad de rescatar esta festividad,
En
1979 sufre un cambio radical, todo empezó cuando el Centro “Amigos de la
Cultura” solicitó a las autoridades e instituciones locales que impulsen esta
festividad religiosa-pagana. Y fue así, la Corporación Regional de Desarrollo y
el Instituto Boliviano de Turismo, en labor conjunta, dieron pasos decisivos
para que se convierta en la expresión potosina de mayor tradición y de genuina
característica.
Con
el fin de motivar a los ch’utillos y fraternidades, se nombra un Jurado
Calificador conformado por: Humberto Iporre Salinas, la Directora Municipal de
Cultural Yolanda de Zilvetti, el historiador Mario Chacón Torrez, el artista
Cristóbal Corzo Cruz, el escritor Carlos Cruz Rivera y los periodistas Carlos
Mercado Calderón, Jaime Cuellar Aoiz y Armando Olmos.
Originalmente
en La Puerta, bailaban, había competencia a caballos y demostraban sus
habilidades para realizar acrobacias, bailes y paseos.
A
partir de este año, el efecto multiplicador de la festividad ha sido visible,
porque toda la población potosina se ha visto incentivada en forma auspiciosa e
interesante. Aparte del hecho folclórico en sí, ha habido movimiento económico.
Se
ha rescatado definitivamente la fiesta de San Bartolomé, algo propio y genuino
de Potosí y este hecho hay que ponderarlo sin reservas a todas las autoridades
potosinas que han motivado a ser partícipes como actores pasivos y activos,
durante estos últimos años.
La
festividad se ha convertido en un espacio integrador y multiétnico a partir de
los años 80 del siglo pasado, como una expresión socio cultural de carácter
folklórico, en virtud a ello, si bien se ha rescatado la fiesta de San
Bartolomé, pero se ha perdido de manera gradual al personaje principal, al
Ch’utillo.
Sería
bueno rescatar en el presente año o subsiguientes años a este personaje que es
el componente y parte de la identidad de la potosinidad, convocando a cada
fraternidad ingrese en la “entrada principal” mínimamente con una pareja de
chu’tillos, asimismo estén presentes el día 24 de agosto en la localidad de La
Puerta para que luego de la celebración de la misa a partir de las 3 o 4 de la
tarde, retornen a la ciudad en veloz carrera hasta el templo de San Bernardo.
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