Memoria
de Potosí
A la sombra de la revolución de 1810
Durante este año de 1810, la Villa
Imperial de Potosí ingresó a una vida agitada, con participación de líderes que
constantemente se daban a la tarea de preparar el ambiente patriota para el
momento propicio u oportuno en hacer estallar la revolución libertaria. El drama de la revolución se desarrolla en un vasto
escenario potosino. Se conoce que gran parte de las acciones militares
entre fuerzas realistas y facciones guerrilleras, por el proceso independista, se
realizó en tierras potosinas y aún en la misma capital.
AUTORIDADES
REALISTAS
Entonces, ¿Cuál fue el movimiento social y político
durante este año de 1810 después de los levantamientos de armas en otras
regiones contra el gobierno español?
En esos años, al tiempo de estallar la revolución de
noviembre, gobernaba las provincias del Alto Perú el mariscal Vicente Nieto,
anciano pusilánime que tenía por inspirador al intendente de Potosí don
Francisco de Paula Sanz, de carácter enérgico, y por brazo armado al capitán de
fragata, don José de Córdoba, contando con dos mil hombres de regulares tropas
para sostener su actitud de resistencia contra la Junta de Buenos Aires.
Las instituciones realistas como las Cajas Reales
estaba administrada por: D. Miguel Lamberto de Sierra, Tesorero; D. Juan de la
Cruz Martín, Contador interino, testigos mudos de todos los acontecimientos
ocurridos durante este año a través de los libros contables existentes en el
Archivo Histórico de la Casa de Nacional Moneda.
REVOLUCIÓN EMANCIPADORA
Tras los acontecimientos de
las batallas de Cotagaita (27 de octubre) y de Suipacha (7 de noviembre), permitió
a los potosinos tomar la plaza e ingresar al cabildo apresando al Gobernador
Intendente don Francisco de Paula Sanz.
Relación de los individuos
que han operado con todo valor y esfuerzo el dia 27 de octubre de 1810 en Santiago
Cotagaita.
Cabo 1º. Nicolás González,
Soldados: Julian Cabezas, Juan Bautista, Mariano Albarracin, José Domingo Cardozo,
Pedro Andrés, Manuel Saavedra, Juan Damel, Enrique Malatesta, Matos Cuello,
Manuel Valdes, José Palmero, Ignacio Suarez, Pablo Gómez, Joan Estoquen, Juan Carlos
(salió herido en no brazo), Gregorio Suarez, José de los Reyes, Marcelo Reyes, Juan
Ortega (Tambor), José Mariano, Manuel Navarro, Bartolomé Almirón, Guillermo Gordon,
Nasario Gómez y Naturales: Antonio Zalasar, Diego Flores.
Potosí 12 de diciembre de 1810.= Juan
Luna.
El triunfo de Suipacha fue la señal de la
insurrección general del Alto Perú. El 9 de noviembre, ingresaban los
derrotados de Suipacha rendidos por una caminata de sesenta leguas en dos días.
Al saber los potosinos el desastre de las armas realistas, se alzaron esa noche
contra las autoridades peninsulares, dieron libertad a los presos hechos por
Sanz desde el año anterior y que aún permanecían en la cárcel y celebraron en
grande el triunfo independiente.
Al día siguiente del 10 de Noviembre por la mañana,
el alzamiento del pueblo potosino fue general e impotente, los moradores de
Potosí dieron este día un ejemplo de virtud nada común. Estando la sublevación
en su mayor disturbio, se supo que el procurador Sortegaray sacaba de la Casa
de Moneda cuatro talegas de onzas de oro selladas, se lanzaron la población
sobre él, a quien llevaron a la cárcel y las onzas volvieron a la moneda a los
tres días.
El pueblo armado con espadas y macanas, superan a
las fuerzas realistas que cubrían las cuatro esquinas de la plaza mayor. Los
discursos incendiarios de algunos ciudadanos, los vivas y mueras del momento, dieron
lugar a que el francés Pedro Costas, vecino respetable de Potosí, diera gritos
a la cabeza del pueblo en ese día, ayudado de una treintena de ciudadanos mal
armados, tomaron la esquina de la moneda un cañón, sobre toda la tropa armada
realista que lo aseguraba e hizo prisionero al gobernador Paula Sanz. El Sr.
Joaquín de la Quintana, potosino influyente, calmó a la multitud amotinada que
quería castigar al gobernador por la muerte de los hijos del país.
Se procedió al nombramiento de un Comité
Revolucionario encabezado por varios ciudadanos notables entre ellos: Salvador
Matos, Alejo y Mariano Nogales, los hermanos Millares, los hermanos Nogales, Manuel
Molina, Casimiro Hoyos, Mariano Subieta, Melchor Daza, Diego Barrenechea Pedro
Antonio Azcárate, Pedro Costas, Eustaquio Eguivar, entre otros. Por todos estos
acontecimientos de emancipación, fueron depuestas las autoridades realistas y
se organizó la Junta del Gobierno local bajo la presidencia de Joaquín de la
Quintana.
En un documento oficial enviado a la Junta de Buenos Aires, "Cartas sorprendidas á Córdoba" narra lo acontecido en esta fecha:
El
ilustre cabildo, justicia y regimiento de la imperial villa de Potosí, habiendo
reasumido el día de hoy el gobierno é intendencia de esta villa, por la quietud
pública, y verificación de los anhelos en que ha fluctuado todo este fidelísimo
vecindario de unirse á las laudables intenciones de su capital y disposiciones de
la Excma. Junta Provisional de ella, desde su justa instauración.
Con
estos motivos logra hoy ya la libertad de poner en noticia de V. S. haber nombrado
sus comisionados, á efecto de que le cercioren en persona de todo lo acaecido en
el particular, anticipándoselo por medio de este pronto expreso; para que en su
virtud tome las providencias, que sean de su superior agrado, consonantes á la
felicidad de estos pueblos, y satifactorio arribo á ellos de la ilustre persona
de V. S., y dignos subalternos de su comando; espera este ilustre cuerpo exija V.S.
todos los necesarios convenientes a su acomodada, y tranquila marcha, proveyendo
todo lo que vea con venir.
Nuestro
Señor guarde á V.S. muchos años. Potosí y noviembre 10 de 1810.- Juan Crisóstomo
Fernandez.- Dr. Casimiro Bravo de Bobadilla.- Joaquin de la Quintana.- Pedro de
Arieta.- Pedro Antonio de Azcarate.- Agustin Amaller.- Pasqual de Bolivar.- Ignacio
de la Torre.- Serapion José de Arteaga.- Sr. general comisionado por la Excma. Junta.
CASTELLI EN POTOSI
Después de los hechos ocurridos en Suipacha,
Córdoba y Nieto fugaron hacia el desierto de Atacama, pero fueron aprehendidos por
Juan José Castelli. Al primero lo tomo el corregidor de Lípez don Ambrosio Santos y el segundo don Antonio
Portales que lo seguía con una partida de caballería. Reducidos a prisión
Vicente Nieto, José de Córdoba y Paula Sanz quedaron encarcelados en la Casa de
Moneda.
El 25 de noviembre, Castelli llega victorioso a
Potosí. Una vez en esta ciudad, propuso a los referidos Sanz, Nieto y Córdoba,
jurasen sumisión y obediencia para lo sucesivo a la Junta Gubernativa de Buenos
Aires. Los tres prisioneros se negaron a ello y Castelli entonces los mandó
fusilar como reos de alta traición, usurpación y perturbación pública hasta con
violencia y mano armada, a sufrir la pena de muerte el 15 de diciembre a las 11
de la mañana. La guerra a muerte quedó así declarada entre la revolución
argentina y la reacción española. Muertes o acción que fue censurada por la
población.
El 3 de noviembre de 1810 la Junta gubernativa de
Buenos Aires nombra como gobernador intendente interino de Potosí a don Feliciano
Antonio Chiclana. Conforme a órdenes recibidas deja el cargo de gobernador de
Salta que hasta ese entonces ocupaba.
Castelli abandonó Potosí el 25 de diciembre de 1810
para marchar hacia Chuquisaca, tomando de las arcas una ingente suma y aumenta
sus recursos en Chuquisaca.
ALGUNOS HECHOS SANGRIENTOS
Los españoles en represalia y sofocados de estos
sucesos, el 20 de junio de 1812, ahorcan en la plaza de Potosí a: Mariano
Nogales, Alejo Nogales, Carlos Taboada y Melchor Silva; la cabeza de Taboada se
remitió a Chuquisaca, para que se pusiese en el paraje “molles”. Otros cayeron
en el pueblo de Suipacha y de estos fueron ahorcados Salvador Matos y Manuel
Millares, el 17 de julio en la misma plaza de Potosí.
A la esposa de Salvador Matos, Da. Gregoria
Aranibar, la condenaron atropellando los fueros del pudor a la horrenda pena de
la flagelación sobre un cañón en la plaza pública y a ser conducida después al
pie de la horca, donde pronunció las siguientes palabras y en presencia de su
esposo: “¡Mártir de la Patria! sube al
cielo, tú me enseñaste a vivir, ahora me enseñas a morir; te juro no se desleal
a la causa de la libertad”.
A los once días, el 28 de julio, los potosinos
presenciaron otro hecho tan horrendo como repugnante. Fueron ejecutadas: Juana
y Mercedes Cuiza, chuquisaqueñas, por el delito de ser hermanas de un caudillo
del mismo apellido, recibieron 200 azotes y cortadas las lenguas y las manos
por mano de verdugo. El gobernador que ordenó crueldades como estas fue el Cnl.
Mariano Campero, cuzqueño, delegado del famoso José Juan Goyoneche y Berreda,
arequipeño.
Con estos hechos sangrientos, el pueblo potosino
quedó realmente aterrado, aumentó la rebeldía contra los españoles, arrastró el
odio venenoso y maligno, sembrando el terror a la angustiada población.
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